En la franja mediterranea de España y Francia se desarrollaron una serie de dialectos que podríamos llamar occitanos, entre los que estarían: el catalán, el valenciano, el mallorquín, el provenzal o el languedociano.
Cuando empezó la invasión musulmana, en el año 711, el Reino Godo comprendía toda la Península Ibérica y el Sur de Francia, conocido como la Septimania (dentro de la actual Occitania francesa). Un territorio con 1.000 años de historia en común, 700 años dentro del Imperio Romano y otros 300 años como Reino Visigodo, debía tener una misma lengua o unos dialectos muy parecidos.
Después de todo, es el mismo pueblo íbero, el mismo pueblo romano, el mismo pueblo godo. Con un mismo poso lingüístico que se mantuvo después de la romanización, y que fue el origen de los diferentes dialectos de toda esta zona del Mediterraneo de Hispania y de la Galia.
Muy probablemente las Islas Baleares fueron pobladas por gentes llegadas desde la Península. En días claros, desde la costa peninsular puede verse el perfil de Baleares, que navegaran hasta Ibiza, y de allí al resto de islas, es más que posible.
Y no olvidemos que durante la última era glacial, hace unos 12.000 años, el nivel del mar estaba unos 140 metros más bajo.
La invasión musulmana hace que la integridad territorial del Reino Godo se rompa.
Por una parte quedará la Septimania y la Marca Hispánica creada por Carlomagno, dentro de la cual están los Condados Catalanes. Este territorio pasa a depender del Imperio Carolingio.
Y por otra parte, la zona del Norte de la Península, donde los hispanos cristianos han resistido a la invasión árabe.
Después de siglos de resistencia, desde el Norte se va recuperando el territorio perdido. Y las gentes que llegan desde allí llevarán una lengua romance influenciada por el euskera (vasco), que será la futura lengua castellana. Mientras la lengua mozárabe (el antiguo romance hablado desde antes de la invasión musulmana, y que se siguió hablando durante la ocupación árabe), se va integrando hasta desaparecer dentro de esta lengua traida desde el Norte.
Desde el Noreste penínsular también se va recuperando territorio, la lengua que traerán será el occitano hablado en la Septimania y los Condados Catalanes. Esta lengua no deja de ser la misma que se hablaba en toda esta zona antes de la invasión árabe, aunque varios siglos de separación han producido algunas diferencias.
A diferencia del Reino de Castilla, la Corona de Aragón no integra los nuevos territorios de Baleares o Valencia, sino que los convierte en reinos independientes solo unidos por la Corona. Lo que hará que sigan conservando muchas de sus características lingüísticas.
Baleares en el siglo IX se encuentra en una situación complicada. Nunca formó parte del Reino Godo, y en este momento es la posesión más occidental del Imperio Bizantino. La presencia bizantina durante el siglo IX esta probada por unas bulas de plomo encontradas en el Castillo de Santueri, en el Este de Mallorca.
Pero el acoso musulmán a Bizancio hace que el imperio se repliegue hacia Oriente.
Ante este acoso musulmán Baleares recibe la ayuda de Carlomagno, y las islas quedan vinculadas por más de un siglo dentro del Imperio Carolingio, junto a los Condados Catalanes y Occitania.
No sabemos como era la lengua balear de aquel momento, ya que a diferencia de Valencia, no se han encontrado jarchas mallorquinas. Pero más de un siglo dentro del imperio Carolingio debió tener una fuerte influencia en el idioma que se hablaba en las islas, 3 siglos antes de la llegada de Jaime I.
En el siglo V empiezan a aparecer las primeras frases escritas en occitano en el Sur de Francia. Lo que significa que esta lengua ya se hablaba desde mucho antes, y que esta misma lengua o dialectos muy parecidos se hablaban en toda la costa mediterranea de Hispania y la Galia (Francia).
Tres siglos después, en el siglo VIII (año 711), los árabes invaden la Península, rompiendo la unidad territorial del Reino Godo.
La inmensa mayoría de la población será población nativa, se estima que solo el 10% de los habitantes de la Hispania musulmana son de origen árabe o norteafricano. La gran mayoría de esta población seguirá manteniendo su lengua materna, mientras el árabe será la lengua del ejército, la administración y la iglesia, como ha ocurrido durante tantos años en España con el castellano y las diferentes lenguas regionales.
A principios del siglo IX (año 801), Carlomagno crea la Marca Hispanica para parar la invasión árabe de Europa, ahora los Condados Catalanes y toda Occitania forman parte del Imperio Carolingio.
En el año 813 sucede el Concilio de Tours, donde se decide que las homilías se pronuncien en la lengua del pueblo en lugar de en latín, para que todos puedan entender con mayor facilidad lo que se dice.
Mientras en el siglo X, el romance catalán se va desarrollando como uno de los diferentes dialectos occitanos, hablados en el Sur y el litoral mediterraneo francés. Una lengua que no debía ser muy diferente a la usada en todo el litoral mediterraneo peninsular.
En Valencia este romance lo vemos reflejado en las jarchas, que era romance escrito en alfabeto árabe. Las jarchas eran versos en romance, escritos al final de poemas escritos en árabe.
Traducción del árabe
Ay mamá!,
Ibn Lubbun, siglo XI
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Texto en valenciano
Ai mamà!, |