Estos son retratos hechos muchos años después de su muerte, así que no intentes buscar parecidos. Sin embargo en la crónica de Bernat Desclot (historiador medieval catalán) hay una descripción detallada de Jaime I.
Para ponernos en contexto te explicaré la situación en que se encontraba esta parte de Europa en aquel tiempo.
Nos encontramos en el año 1207. Y esta es la situación territorial en esta zona de Europa.
La Corona de Aragón enfrenta un problema realmente grave, Pedro II de Aragón está casado con María de Montpellier desde hace tres años y todavía no han tenido descendencia. Esto pone muy nerviosos a sus súbditos ya que el rey puede morir sin descendencia y poner en un problema muy serio la estabilidad del reino.
Así que en Montpellier se reúnen la reina y sus consejeros.
La concepción de Jaime I está envuelta en la leyenda. Su padre, Pedro II de Aragón, no quería yacer con su esposa, María de Montpellier, lo cual preocupaba a todos por la falta de heredero. De manera que desde Montpellier urdieron una estratagema para engañar al Rey y conseguir que yaciera con la Reina.
Pedro II tenía fama de impulsivo, bebedor y mujeriego, era lo que se conoce vulgarmente como un, "vividor follador". Cuando el rey se encontraba en Lattes, cerca de Montpellier, para visitar a una de sus amantes, fue convencido de trasladarse a otra localidad donde la Reina era, con el engaño de que allí lo esperaba su amante.
Mientras tanto la Reina y sus vasallos preparaban la trampa. Una vez el Rey estuviera en la alcoba con su supuesta amante, que en realidad sería la Reina. En la puerta de la alcoba se apostarían, como dice Ramón Muntaner (historiador y caballero catalán) en su crónica:
Se llevó a la amante a la cámara del rey. Una de las condiciones que puso la supuesta amante era que no hubiera luz para no ser vista por nadie. De manera que cuando el rey estaba en su alcoba, y seguramente medio borracho, entró la amante en la penumbra. Y en esta noche loca fue engendrado el futuro Jaime I.
Al amanecer entraron todos en la cámara y pidieron al rey que reconociera a la mujer que dormía a su lado. La cara del rey debió de ser todo un poema, primero al ver entrar a toda esta gente en la alcoba donde él era con su amante, y después al descubrir que su amante era en realidad la reina. Si la reina hubiera tenido un teléfono móvil, podría haber hecho un 'selfie' de ella y de segundo plano la cara de estúpido del rey. Hubiera sido 'top trending' en toda la Corona de Aragón y el resto de Europa.
El rey no tuvo otra que reconocer a la reina y rogar porque el propósito de los nobles, tener un heredero, se cumpliera.
Pero el cabreo del rey debió de ser mayúsculo, aquel mismo día cogió su caballo y salió al galope de la ciudad. 9 meses después nació su hijo, el futuro Jaime I. Pedro II no vió a su hijo hasta que éste cumplió 2 años, y cuando tenía 3 años lo envió bajo la tutela de Simón de Monfort, ya que se pactó el casamiento de Jaime con la hija del señor de Monfort, Amicia. Para lo cual sería recluido en el castillo de Cascasona hasta que cumpliera 18 años.
Como ves, el rey no parecía sentir un especial cariño por su hijo, ¿quizás sospechaba algo?
Como he dicho anteriormente, Pedro II de Aragón es un "vividor follador". Sus borracheras y correrías por las alcobas de diferentes damiselas son habituales. Sin embargo, aparte de Jaime I, no tiene ningún otro hijo legítimo, al contrario que su supuesto hijo Jaime, aunque sí parece ser que tuvo hijos ilegítimos con algunas damiselas.
Pedro II de Aragón | Jaime I de Aragón |
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De manera que tenemos a Pedro II, un mujeriego empedernido, según palabras de su propio hijo (era hom de fembres). Que pese a sus numerosas relaciones sexuales, no tiene más hijo que Jaime, engendrado en una noche loca, en que probablemente el rey iba borracho.
La indiferencia que parece sentir hacia su hijo es evidente. No ve a Jaime hasta que este tiene 2 años, y con solo 3 años, lo deja bajo la tutela de Simón de Monfort.
2 años después, cuando Jaime tiene 5 años, Pedro II de Aragón entra en guerra con Simón de Monfort, pese a que su hijo se encuentra en poder del señor de Monfort.
En la mañana de la batalla de Muret, Pedro asiste a misa. La noche anterior la pasó de juerga con una damisela, y está tan borracho que han de ponerle una silla porque no se aguanta en pie.
En un momento de la batalla, Pedro ve como Simón de Monfort huye junto con algunos de sus caballeros. Sube a su caballo y sale en su persecución, pero lo ha hecho tan rápido que sus caballeros no le pueden seguir, cuando alcanza al señor de Monfort y los suyos, es rodeado y muerto. Al llegar sus caballeros solo pueden recoger su cadáver.
Podemos preguntarnos si este es el acto de un padre desesperado, que sabe que si Simón de Monfort consigue escapar, la vida de su hijo correrá peligro. ¿O es la acción de un estúpido impulsivo?
Como ya he dicho, Pedro II nunca pareció sentir un especial cariño por su hijo. No lo ve hasta que éste tiene 2 años y poco tiempo después lo recluye en el castillo del señor de Monfort, con quien más tarde entrará en batalla. Y teniendo en cuenta sus repetidos intentos de anular su matrimonio con María de Montpellier, algo a lo que el Papa se negó. Quizás la suerte de su hijo era algo que le importaba muy poco, incluso podía ser un obstáculo más para que el Papa finalmente le concediera la anulación.
Sabiendo del carácter mujeriego de Pedro II y con la única descendencia legítima de Jaime, engendrado de la relación de una sola noche. Parece dudoso que Jaime I fuera hijo de Pedro II. Su supuesto padre no le tenía mucho aprecio, por decirlo de alguna manera, y después de la muerte de su padre, sus tíos paternos tampoco mostraron ningún cariño por su sobrino, bien al contrario. Tuvo un intento de asesinato cuando aún era bebé, y durante su infancia soportó el desprecio de su familia paterna, incluso fue secuestrado por los suyos.
En la edad media, las gentes eran bastante ignorantes y fácilmente manipulables, pero no eran tontas. Un hijo concebido en la relación de una sola noche y en unas circunstancias tan extrañas. Que la reina dijera que había sido voluntad de Dios, puedes creértelo o no, pero sospecho que su familia paterna tenía dudas más que razonables.
Lo que sus tíos proponían es que Jaime quedara con las posesiones de su madre en Montpellier, y que ellos se repartirían la Corona de Aragón.
En la crónica de Bernat Desclot hay un famoso pasaje donde Alí, un nativo mallorquín, habla con Jaime I cuando este está en la isla de Pantaleu, en Sant Elm.
Y cuando salió del mar, vino delante del rey, y se arrodilló ante él, y le saludó en su latín. El rey le hizo dar vestimenta, y después le preguntó por los hechos de la tierra y del rey sarraceno. El sarraceno le dijo:
"Señor, sepas por cierto que esta tierra es tuya y a tu mando. Que mi madre me pide me dijo que yo viniera y te lo dijese; ya que ella es sabia mujer y ha conocido en su arte de astronomía (hoy lo llamaríamos astrología, que no es lo mismo), que esta tierra tu debes conquistar."
Algunos historiadores describen este pasaje como un adorno que utiliza Desclot para dar a entender que Jaume I estaba destinado a conquistar Mallorca. Aunque lo del arte de astronomía sí parece un adorno de Bernat Desclot, si indagamos más, si estudiamos todo lo que envuelve al personaje, descubriremos algo muy interesante.
La mayoría de historiadores se han centrado en la herencia paterna de Jaime I, pero si profundizamos en su herencia materna descubriremos que María de Montpellier, madre de Jaime, era hija de Eudoxia Comnena, en aquel tiempo se pensó, equivocadamente, que Eudoxia era hija de Manuel I Comneno, Emperador de Bizancio, cuando en realidad era su sobrina.
Sin embargo para la madre de Alí, María era le heredera del Imperio Bizantino, y su hijo Jaime su legítimo sucesor.
Te preguntarás, ¿Y que tiene que ver el Imperio Bizantino en esta historia?
Cuando cae el Imperio Romano, en el siglo V, la Península Ibérica pasa a convertirse en Reino Godo, mientras que Baleares, primero pasa por un periodo de dominación de los vándalos y desde el siglo VI forma parte del Imperio Bizantino, hasta la llegada de los musulmanes, en el siglo X.
De manera que para la madre de Alí, el rey legítimo de Mallorca había vuelto, la llegada de Jaime I a Mallorca significaba, el Retorno del Rey.